viernes, 18 de junio de 2010

Leyenda de los gatos carey



En la foto de la entrada anterior presenté a una gatita con hermoso pelaje de intrincado color carey, al igual que este otro.
El pelaje de color carey puede ser bicolor, tal como el Persa carey, que es una variedad negra y roja. Sin embargo, las verdaderamente representativas del color carey son gatas tricolor. Incluso pueden conseguirse variedades hasta de cuatro colores, cuando se les suma el blanco. En Japón, los ejemplares de color carey y blanco son muy apreciados, porque se considera que traen buena suerte.

Una de las peculiaridades del pelaje color carey es que el diseño de las manchas es único e irrepetible. De hecho, si se clona una de estas gatas, saldrá una gata carey, pero con las manchas distribuidas en forma distinta.

Se dice que los gatos carey, de la raza que sean, son muy difíciles de reproducir, porque la genética del cruce siempre da como resultado una hembra. Ello es debido a que el color crema rojizo, que es la base, está ligado al cromosoma X. Y en los casos en que salen machos, suelen ser estériles.

Con respecto al origen, en lugar de las discutidas pretensiones genéticas y geográficas habituales prefiero presentar una leyenda sobre el caso.

Cuenta la leyenda que ……


Cuenta la leyenda que, hace varios siglos, el Sol le suplicó a la Luna que le tapara un rato, que le diera una coartada para ausentarse del cielo, para bajar a la Tierra y ser libre, aunque sólo fuera un momento. El Sol quería dejar de ser el centro del Universo, quería que nadie se diera cuenta de su presencia, pasar inadvertido para sentirse liberado de tanta presión. La Luna, ante tanta súplica, accedió, y un día de junio cuando el sól más brillaba, la Luna se acercó al Sol, y le fue cubriendo, poco a poco, para que a los mortales de la época no les sorprendiera de golpe la oscuridad.Nenuca

El Sol, que desde lo alto hacía millones de años que observaba la faz de la Tierra, no lo dudó, para sentirse libre y pasar desapercibido se hizo corpóreo en el ser más perfecto, rápido y discreto que había; UNA GATA NEGRA. La Luna, perezosa, en seguida se sintió cansada, y sin avisar a su amigo Sol, se fué apartando. Cuando Sol se dió cuenta ya era demasiado tarde, salió corriendo hacia el Cielo, y tan rápido huyó, que se dejó en su morada momentánea parte de él; cientos de rayos de Sol se quedaron dentro de la Gata Negra.

Desde entonces, todos los gatos que nacieron de la Gata Negra eran lo que nosotros, por desconocimiento, llamamos GATOS CAREY. Su manto oscuro se ve roto por cientos de rayos rojos, amarillos y naranjas. Y lo que la gente tampoco sabe es que su origen solar les atribuye propiedades mágicas, ya que atraen la buena suerte y las energías positivas.

Mafita, al igual que la de esta foto, es una gata solar, miles de rayos se distinguen en su manto, y si su cara se divide en dos (como sucede habitualmente en los “gatos carey”) es para evidenciar su doble naturaleza; gatuna y divina.

Fuentes:

Fotografía: http://www.mascotamigos.com.ar/gatos/gatospelolargocarey.htm



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Moon, la gatita que envió la luna



Cuenta la leyenda que un día la Luna se dio cuenta de que era observada con mucha atención desde la Tierra, y se pregunto: ¿que querrían saber los terrícolas de ella, y por que despertaba en ellos tanta admiración?
Entonces decidió bajar al planeta azul para investigar y saber mas de nosotros, los terrestres.

Tan entusiasmada estaba con la idea de hacernos una visita que no se dio cuenta, hasta el ultimo momento, de que, si bajaba a la Tierra, el cielo de la noche quedaría en tinieblas al no estar ella para dar su luz en las noches de luna llena.

La alternativa era mandar alguien en su nombre. Pero tenia que tratarse de un ser diferente y muy especial, que pudiera pasar desapercibido entre los terrícolas; un ser oscuro y suave como la noche, sigiloso y delicado… como un gato. Entonces decidió enviar a su pequeño extraterrestre, camuflado con la apariencia de una gato y la esencia de la Luna convertida en felino.


De esa forma, hace no mucho tiempo, Moon, la gatita azul, llego a la tierra y, al parecer, tras cumplir con su misión, decidió quedarse a vivir entre nosotros. Una pequeña plaza de un pequeño pueblo cerca de Madrid, fue su lugar elegido para iluminar con su discreta y enigmática presencia las noches de verano.

Pincha sobre la imagen para ampliarla.
Fue, precisamente, una de esas noches que, con la fresca, como otras tantas noches nos sentamos ante una de las mesa de la cafetería en aquella plaza. Tomábamos unos refrescos cuando Juan Pablo, el camarero, nos informó de la presencia de aquel pequeño ser que llevaba varias noches rondando por allí. Pero, conociendo nuestro amor por los gatos, él también nos advirtió que su belleza podría hechizarnos si nos acercábamos demasiado. Nosotros, incrédulos de sus palabras, nos acercamos, quizás más de la cuenta. Vimos al felino, miramos sus ojos y ¡zas!, caímos en el hechizo lunar de aquella gata azul a la que, por supuesto, hemos llamado Moon. Ahora ella es parte de la familia.

ACLARACION: Esta linda “leyenda” no es de mi autoría. La ha creado Juan Luis Blásquez de Opazo, inspirado mientras me contaba sobre ella en un e-mail. Intentaba describir un poco lo que él y su novia sintieron cuando vieron a esa peculiar gatita abandonada. Quedaron prendados de inmediato, máxime porque se parecía muchísimo a quien fuera su amada gata “M”.
El singular color grisáceo de esta gata de pelo corto es el que usualmente ha sido denominado “azul”. Lo comparten razas tales como: el llamado Azul ruso o Ruso azul, el Cartujo o Chartreux, y el Británico de pelo corto (British Shorthair Cat) uno de cuyos posibles 17 colores de pelo es el azul. Habiendo conocido personalmente a Moon, descartando ningún parecido con el estilizado Ruso Azul, yo me inclino a verla morfológicamente más semejante al Británico de pelo corto que al Cartujo. Aunque, quien sabe. Una gata enviada por la luna puede parecerse a todos los gatos… y a ninguno.

Pero esta pequeña narración de Juan Luis me ha servido de inspiración para yo escribir un cuento. ¿Alguna vez han visto, aunque sea en documentales, a un lobo aullando a la luna llena? Yo sí. ¿Alguna vez han visto a un gato en actitud absolutamente abstraída, como en otro mundo, sentado en el medio de un perfecto círculo de luz blanca, formado en el piso de la sala por la luz de la luna que entra por una ventana… cuadrada? Juan Luis sí que lo ha visto, y dice que es algo entre místico y sobrecogedor a la vez. Así que yo he creado el cuento que les menciono, con pretensión de leyenda, narrando el origen de los lobos; también el origen de los gatos, los hijos de la luna. Supongo que algún día la publicaré aquí.

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domingo, 6 de junio de 2010

Despierta, mi amor, despierta.



Yo no voy a gastar saliva, tinta o tiempo alguno, intentando razonar con quienes sostienen que los animales no tienen sentimientos. Sería una discusión tan inútil como la que tienen los que defienden la existencia de Dios y los ateos.

Hay documentales de la vida de los suricatas, en los que se ve a los miembros de la manada manifestando su sentimiento de aflicción a un familiar que está muriendo. Hay muchos vídeos de perros protegiendo a la madre o al amigo atropellado o herido, o rescatándolo. Yo les dejo este vídeo, sobre una pareja de gatos. A ella la acaban de atropellar en la calle. El macho intenta reanimarla con lo que muy bien podría parecer un masaje cardiaco. La verdad, no encuentro palabras.

Alguien hizo un hermoso montaje de música y letra sobre el vídeo.
Pincha sobre la imagen para verlo en Youtube. Y discúlpame.



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